viernes, 21 de diciembre de 2012

1ª media maratón de la temporada superada...

El pasado domingo hicimos la 1ª media maratón de la temporada: Vilanova. Contra viento y marea y nunca mejor dicho. Como siempre, pocas veces cuando corres una carrera se dan las condiciones ideales; que coincida el buen clima, la buena forma física y la ausencia de lesiones implica una conjunción de astros que no siempre se da.

El domingo soplaba bastante viento. Es verdad que todo lo que dificultaba en un sentido, lo favorecía en el otro. Pero sea como fuere, era bastante molesto por los cambios de ritmo que implicaba tener que hacer constantemente.

Veníamos de entrenar bastante aquella semana, porque la anterior habíamos entrenado bastante poco (aunque en duras condiciones de mucho calor) al estar de viaje. Así que estábamos relativamente cansados.

Y, para acabarlo de rematar, desde hace un mes tenía que lidiar con un edema óseo cerca de la cadera, que me las suele hace pasar "canutas" en algunos tramos de los entrenos y las carreras.

Pero como decía al principio, son muy pocas las veces en que las tres áreas te van bien a la vez. Así que, en ese sentido, no nos habíamos creado ninguna falsa expectativa. Lo que sí nos sorprendió fue la dureza del recorrido, que iba alternando constantemente subidas y bajadas.

Sin embargo, tuve 3 grandes alicientes que me ayudaron mucho:
1) nuestros 2 peques estaban como espectadores de la carrera, al cuidado de unos amigos. Los vimos 3 veces, entre los kilómetros 7.5 y 12, así que los dos primeros tercios de la carrera pasaron de forma relativamente rápida.
2) en el km 15, aproximadamente, hubo el mayor desnivel en pocos metros de toda la carrera, siendo el km de la media que hicimos a peor ritmo. Pero, al llegar arriba de la cuesta, había un chico que corría en silla de ruedas, parado, recuperando fuerzas. Al igual que otros muchos corredores, un fuerte "vinga, ànims!!!" me salió desgarrador del alma y me hizo volver a recuperar mi ritmo mental de carrera.
3) durante los 2 últimos kilómetros, "tuve que" aguantar a una pareja de chicos en los que uno hacía de "entrenador personal" a otro. El primero no paraba de "animar" al otro diciéndole "venga, como esa chica, si ella puede tú también, no va a poder ella más que tú..." y al dejar atrás el km 20.5 me pasaron holgadamente. Esos comentarios me ayudaron a mantener el ritmo y no perderlos de vista, para acelerar al entrar en el estadio y pasarlos en la curva, justo antes de llegar a la meta. El "entrenador" aún alcanzó a articular: "carai, molt bé, noia". Me dan rabia estas situaciones en que la gente no compite contra uno mismo sino contra los demás. Justamente, para mi la magia del running es el reto personal de superarse a uno mismo corriendo en compañía, no de superar a los demás corriendo solo...

Y así llegamos a la meta. Sergi brillantemente por debajo del 1.40h y yo 24 segundos después. Es el mismo tiempo que hicimos al acabar la temporada de entrenos, dos semanas antes de la maratón de Berlín'11. Con la particularidad que ahora no estamos a final de temporada sino justo al principio. ¡¡¡Así que nos vamos muy contentos de vacaciones!!! ;)))

Te recuerdo que éste es un blog creado para apoyar una iniciativa solidaria creada con Intermón. Puedes colaborar clicando en el link adjunto:http://www.intermonoxfam.org/es/que-puedes-hacer-tu/donativos-socios/iniciativas-solidarias/iniciativas/correr-aqui-para-que-otros-p
¡Ya tenemos más de un cuarto del importe objetivo recaudado!!!


Cristina Stampa Jäger
Ha corregut una distància de
Ha corrido una distancia de
Has run a distance of
21,097 km
Amb un temps de
Con un tiempo de
With a time of
01:41:01
Mitjana de ritme (min/km)
Ritmo promedio (min/km)
Average rate (min/km)
00:04:47
Posició categoria
Posición categoría
Category position
7
Posició general
Posición general
General position
458

viernes, 30 de noviembre de 2012

El lujazo de vivir en Barcelona

No falla. Cuando conoces a algún/a extranjer@ y se entera de dónde vives, siempre suele decir: "Oh, Barcelona, what a nice city, I'd love to live there!" Y es que vivimos en una ciudad de lujo. Tenemos una gran suerte.

Cada vez que vamos a entrenar a la carretera de las Aguas es uno de esos momentos en que te das cuenta de esta inmensa suerte. Al mediodía, momento del día que en Barcelona generalmente siempre luce el sol y suele estar despejado, correr con la ciudad a tus pies es una sensación mágica: ves el perfil de la ciudad cómo se dibuja contra el perfil del mar con sus tres clásicos emblemas (el hotel "Vela", la torre Mapfre y el hotel Arts), reconoces los barcos diminutos a lo lejos de quién ha salido a navegar aprovechando el descanso del mediodía (tal y como rezaba el último anuncio de Free Damm), sigues hacia el este rumbo al puerto con sus grúas gigantescas y sus depósitos,...Y, mientras disfrutas de la vista y sientes el sol y la brisa en la cara, te sientes realmente bien, a gusto con la vida, libre, disfrutando, afortunado.

Yo soy la  primera a quién le encanta viajar, conocer otras culturas y otros idiomas. No me importaría irme mañana mismo a vivir con la familia a otra ciudad para emprender una nueva aventura. Y viajamos todo lo que se puede viajar con dos hijos. Porque para mi viajar y conocer mundo es importarte, te ayuda a abrirte, a crecer, a aprender, a mejorar, a flexibilizarte...es una gran escuela de la vida. Sin embargo, viaje donde viaje, viva donde viva, sé que mi ciudad, a la que siempre retornaré, la que me ha visto nacer, crecer, soñar, enamorarme, vivir, trabajar, disfrutar...es Barcelona. Porque es un lujazo vivir aquí.

Y es desde esta ciudad desde donde queremos ayudar a gente como Samia para que tengan una vida mejor. Recuerda que puedes colaborar de forma muy fácil y rápida clicando en el link adjunto de Intermón:
http://www.intermonoxfam.org/es/que-puedes-hacer-tu/donativos-socios/iniciativas-solidarias/iniciativas/correr-aqui-para-que-otros-p

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Quién dijo que iba a ser fácil?

Cuando empecé a escribir este blog, pensé muy equivocadamente que, al difundirlo, mi objetivo de recaudar dinero para la causa de Samia sería razonablemente asequible. Me parecía un importe correcto, ni muy alto ni muy bajo y que con la colaboración de familia y amigos podría llegar a conseguirse fácilmente. Hoy miro lo que llevamos recaudado hasta el momento: 120€ y el objetivo: 999€ y contemplo la distancia que aún falta: 879€.

Como todo en esta vida, podría sopesar lo que falta por recorrer y decir: ¡AÚN ME FALTAN 879€!
O podría valorar lo que ya llevo recorrido y decir: ¡YA LLEVO 120€!
Vaso medio vacío o medio lleno. Escojo medio lleno.

Sé que falta mucho camino por recorrer aún, pero aún faltan cuatro meses para la maratón de BCN y, además...¿quién dijo que iba a ser fácil? Tampoco entrenar y correr para una maratón lo es. Hay días, como el jueves pasado, en los que luce el sol, miras desde la carretera de las aguas Barcelona a tus pies y sientes que tus pies flotan por el aire. Y también hay días como ayer en los que hace frío, has dormido poco porque tu bebé se ha levantado cinco veces por la noche, el cielo está encapotado y cuando doblas las curvas de la carretera, te viene una ráfaga de viento que te empuja hacia atrás y parece que no avances. Pero no por eso dejas de ir a entrenar. E incluso, al acabar, te sientes satisfecho de la distancia recorrida y el tiempo en que la has efectuado.

Exactamente igual pasará con la iniciativa solidaria por Samia. Habrá días en que el bote se irá llenando  y el objetivo parecerá a tiro de piedra. Y habrá semanas en que pasen los días sin moverse la línea de los 120€ y será como si el viento nos estuviera impidiendo avanzar.

Lo importante es no dejar de intentarlo, como todo en esta vida. Nunca dejar de luchar por lo que vale la pena. Y esta causa la vale. Así que no cejaré en el empeño. Cuento contigo para que me sigas ayudando en la lucha. Sólo tienes que entrar en el link adjunto y hacer una aportación. Por pequeña que te parezca, para gente como Samia es inmensa:

http://www.intermonoxfam.org/es/que-puedes-hacer-tu/donativos-socios/iniciativas-solidarias/iniciativas/correr-aqui-para-que-otros-p

El vaso medio lleno. Siempre.

viernes, 26 de octubre de 2012

El porqué de esta iniciativa




Hace ya unos meses salió la noticia que explicaba como Samia, una corredora olímpica somalí, murió intentando llegar en patera a Italia con el sueño de poder seguir entrenando:


http://www.lavanguardia.com/internacional/20120826/54341984212/nina-velo...

Me impresionó muchísimo pensar que el correr, algo a lo que aquí no le damos el valor que tiene, haya podido llevar a una chica de sólo 21 años a la muerte...
Yo corro habitualmente. Y me encanta hacerlo. Pero desde que leí esta noticia, pensé que mis carreras deberían servir para algo más que mi satisfacción personal. Por eso he decidido apuntarme a las "iniciativas solidarias" de Intermón para que, a medida que yo vaya corriendo kilómetros, vayamos recaudando dinero para ayudar a paliar la crisis humanitaria en Somalia. Y así las Samias del futuro no tengan que dar la vida por sus sueños:

http://www.intermonoxfam.org/es/sala-de-prensa/nota-de-prensa/grave-cris...
El objetivo es recaudar 999€, que son los kms que correré para entrenar para la maratón de Barcelona 2013. ¿Te animas a ayudarme a correr aquí, para que otros como Samia puedan correr allá?
Entra en la web de Intermón Oxfam Iniciativas Solidarias y verás un link donde poder colaborar con esta iniciativa. 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Porqué correr

Me encanta correr. Casi siempre. Pero también hay momentos en que mi cuerpo me odia por ello. Por ejemplo, los días después de las carreras:



Yo ya hace muchos años que corro. Sin competir, desde hace casi 30 años. Compitiendo, sólo desde hace 2. Así que puede decirse que es un hobby que me ha acompañado durante casi toda mi vida. ¿Que por qué lo hago? ¿Por qué somos tantos que lo hacemos? ¿Y por qué cada vez somos más? ¿Por qué cuando salir a entrenar implica casi siempre un sacrificio personal, pasar frío o calor, madrugar para las carreras, tener agujetas bastantes veces al acabar, lesionarse alguna que otra vez,...? ¿Será que estamos todos locos?



Los primeros recuerdos que tengo asociados al correr son de cuando tenía 8 años. En el colegio solíamos hacer carreras de un lado al otro del patio. Me encantaba la sensación de nervios en el estómago justo antes de oír el famoso: "preparados, listos, ya". Durante la carrera, disfrutaba de la sensación de velocidad y del notar cómo iba dejando atrás el suelo zancada a zancada. Y, cuando llegaba al final del patio y me paraba de golpe con las dos manos en la pared de piedra, me invadía una sensación de orgullo personal por haber acabado esa carrera. 

Mucho ha llovido desde entonces. Ahora ya no entreno distancias cortas y velocidad, como entonces, sino carreras largas y resistencia.

El entreno en serio empezó con un regalo de unas bambas y una inscripción para la maratón de Barcelona del 2009. Siguieron cinco meses de duro entreno que acabaron viéndose truncados, semana y media antes del gran evento, a causa de un accidente de moto que me fracturó el pie.

Pero la espinita siguió ahí clavada y en el 2011, después del embarazo y nacimiento de Pol, mi primer hijo, vino la maratón de Barcelona (marzo 2011) y luego la de Berlín (septiembre 2011). Según mi médico, esta última maratón parece que ya la corrí embarazada de Kai, mi segundo hijo. Y desde octubre de este año, tres meses y medio después de su nacimiento, he vuelto a entrenar con el objetivo de correr mi 3ª maratón,
Barcelona 2013 y recaudar fondos para Somalia.

Podría parecer que correr crea esa especie de adicción de la superación constante y de la lucha contra ti mismo. Lo es. Pero para mi correr es mucho más que eso. Correr es compartir con los que entrenas, disfrutar de las sensaciones al aire libre, emocionarte al llegar a la meta, energía para el resto del día después de cada entreno, ilusión por nuevos retos. Desde ahora, además, va a tener el valor añadido de saber que, con cada kilómetro recorrido, gente como Samia podrá llevar a cabo su sueño en un futuro. Y eso casi son ruedas a la hora de correr.


martes, 23 de octubre de 2012

Primer reto superado: cursa del Mediterrani (21/10/12)

El domingo pasado realicé mi primera carrera (10kms): "La cursa del Mediterrani". 46'27'' que sufrí casi desde el primer kilómetro. ¡Estar un año entero sin entrenar (9 meses de embarazo + 3 meses de recuperación post-parto) se nota! 


Pero, aunque cansada, acabé contenta. Aún hay que entrenar mucho para pasar de 10 kms sufriendo a 42 kms holgados, ¡¡¡pero quedan muchas semanas por delante!!!


El mérito fue más de Sergi, mi marido, que mío. Él sí que está fuerte como un roble, después de haberse pasado todo el verano entrenando para la marnatón de Cadaqués (6.5kms nadando) y luego para la triatlon Garmin de Bcn. Yo sólo le seguí. Tras tantos meses sin correr y después del post-parto, hay que decir que le seguí más bien como un elefante pisando platos de porcelana cuesta arriba. Pero le seguí.

Sé que en menos de dos meses me seguiré sintiendo como un elefante, pero tal vez la sensación sea ya de empezar a ir sobre tierra firme y cuesta abajo. Y pasados cuatro meses, espero que la sensación pase a ser la de trotar como una gacela. Falta mucho entreno y mucho tiempo a dedicarle. Pero ahí estamos. Luchando kilómetro a kilómetro. 

lunes, 22 de octubre de 2012

La maratón de Berlin (septiembre 2011)


Éstas son las fotos de Polete (¡entonces tenía un año!) al llegar a casa desde Berlin con nuestra medalla:





Y éste es exactamente el email que envié al acabar esta maratón a mi familia y amigos:

"Hace 6 meses me sentaba una noche ante el ordenador para escribir un mail muy largo, tanto como éste que estoy empezando ahora...(aviso para navegantes;) Muchísimos de vosotros me dijisteis que os había encantado compartir la experiencia, así que recordando vuestras palabras os compartiré también la segunda...

Entonces os compartí la ilusión de haber conseguido acabar mi primera maratón, un reto que me costó sudor y lágrimas, más de las segundas que del primero, por culpa del desafortunado accidente de moto que fustró mi primer intento semana y media antes del evento...Conseguir correr y acabar mi primera maratón no sólo significó arrancarme una espina enorme que estaba no ya clavada sino casi enquistada, sino que, además, me quedé irremediablemente contagiada por el espíritu de autosuperación que implica preparar, correr y acabar una maratón. Asi fue como decidimos, con Sergi, que nos apuntaríamos a una segunda maratón, esta vez en Berlín, al cabo de sólo 6 meses, para volver a revivir bien pronto la experiencia. Y también para dejar tiempo suficiente para que, en el interim, pudieran operarme de la vesícula, recuperarme y ver si sería capaz de volver a hacer el mismo esfuerzo con un órgano menos en el cuerpo, ya que no las tenía todas conmigo…

Pero, ¡ay!, pecamos de novatos. Desconocíamos que entrenar para una maratón en septiembre en Berlín iba a ser muy diferente que entrenar para correr en marzo en BCN, tanto por el entreno en si como por el día mismo de la carrera.

Correr una maratón a finales de verano implica tres cosas, que como todo en esta vida, cuando te las explican parecen obvias, pero que cuando estas haciendo la inscripción en la pantalla de tu ordenador no siempre lo son:

- una: que debes entrenar durante el verano, lo que significa correr bajo un calor sofocante la mayoría de las veces, por no decir absolutamente todas. Si, por alguna de aquellas casualidades, quisieras alternar algun día de la semana para intentar disfrutar de la sombra más alargada de la tarde, entonces tienes que luchar con ese permanente deseo como madre de poder estar en dos sitios a la vez, facultad que desgraciadamente ni se ha inventado aún ni se conoce que esté actualmente en proceso de investigación.

- dos: al entrenar en verano, dependes única y exclusivamente de ti mismo  durante las carreras largas, ya que debido precisamente al calor que comentaba antes, no hay mas que una sola media maratón oficial en Cataluña que se celebre en verano, la de Sabadell. Eso implica que, los días que te toca correr 22, 25 o 28 kms, no tienes ni la diversión de un crono oficial que superar (sí, sí, ¡eso a algunos eso nos divierte!), ni nadie que te anime (espectador o corredor) a lado y lado del camino. Estás tú, tu compañero de entreno y tu reloj. 

- tres: verano, como le suele pasar a la mayoría de españoles, implica vacaciones. Pero el entreno es como las tiendas 24h, no perdonan ni domingos ni festivos. Así que también en vacaciones conectas la alarma del móvil, para ir a entrenar por turnos y llegar a una hora respetable a la playa, que para eso son vacaciones.

Pero lo mas grave del tema es que este reto te lo has buscado tú solita, nadie te ha obligado, con lo cual tampoco te puedes empezar a quejar a familia y amigos como si te hubiera tocado estar en una mesa electoral un domingo cualquiera de invierno.

Correr la competición fuera de tu ciudad también tiene implicaciones, pero éstas las conseguimos superar todas bastante dignamente:

- competir en una de las "Big 5" implica que tienes que compartir instalaciones con otros 50.999 corredores. Todos ellos también se han hidratado convenientemente antes de empezar y, por supuesto, están igual de nerviosos que tú, así que...¿qué os imagináis que suele pasar minutos antes del principio de la carrera? ¡Lo habéis acertado: que todos tienen pipí al mismo tiempo! Y por mucha y muy buena organización germánica, evidentemente no hay lavabos móviles para tanta gente. Así que todo el mundo se busca la vida como puede. Y nosotros no fuimos menos. A lo largo de las tiendas de campaña montadas para la ocasión, había una larga hilera de corredores, sin distinción de sexo, raza, profesión o clase social, unos de pie (hombres), otros en cuclillas (mujeres), compartiendo un momento tan íntimo en comunidad. Por fortuna, todos llevábamos una larga bolsa de basura que nos habían proporcionado el día anterior para combatir el frío, así que por suerte las mujeres podíamos gozar de cierta discreción. Y la suerte quiso, a diferencia de la otra maratón, que el señor Roca se esperara para volver a verme hasta el hotel.

- al correr fuera y no poder llegar en tu propio vehículo, tienes que guardar la ropa de abrigo en un guardarropía, junto con la de los otros 50.999 corredores. A pesar de la mencionada organización y de llevar mapas de las diferentes tiendas de campaña donde recogían la ropa por número de dorsal, llegado el momento nos perdimos como mucha otra gente y no había manera de encontrar la tienda que nos tocaba a nosotros. Por un momento llegamos a creer que correríamos la carrera con la bolsa de la ropa de abrigo a cuestas. Tuvimos la suerte (o le dimos suficiente pena) a un señor mayor que hacía de voluntario, quien al ver mi estado de nervios se compadeció y se ofreció a llevar personalmente nuestras bolsas a las tiendas que tocaban. Y no sólo eso, sino que al darse cuenta de mi necesidad de cambiarme pantalones largos por cortos (debido a la previsión de sofocante calor anunciada), ni corto ni perezoso cogió mi bolsa de basura de abrigo gigante y me tapó por detrás para que pudiera cambiarme como si estuviera en la playa. No sabrá nunca cuántas veces se lo agradecí cuando nos caía el sudor a gotas durante la carrera...

- pero lo más importante, para mi, es que al no correr en tu ciudad, o pagas un billete de avión a tus amigos o familia, con lo que tu reto te sale por un ojo de la cara, o no va a haber nadie conocido entre el público. Pero ahí mi querido marido, que sabe lo crucial que es el apoyo emocional de los suyos para la abajo firmante, tuvo la idea del siglo. Vía mail consiguió "transportaros" a los más cercanos con nosotros hasta Alemania. Las azafatas del vuelo de Air Berlin tendrán una anécdota más para explicar a sus nietos de la casi inundación que tuvieron un día a bordo cuando a una de sus pasajeras le fueron entregadas todas las muestras de cariño de los que la quieren. Como en su día dijo Armstrong, a lo mejor para vosotros pudo ser un pequeño gesto, pero para mi fue UNA GRANDISIMA AYUDA. Lo hubiera sido en condiciones normales, pero esta vez aún más, porque además de ser fuera de casa, llegue al día de la carrera con un dolor de talón tan fuerte que el día antes pensaba que no la podría acabar. Al poco de empezar la carrera, imagino que por una forma poco habitual de correr para evitar al máximo el dolor del pie, empecé a notar unos pinchazos horribles a lado y lado de las rodillas. Pensaba que se me irían al entrar mi cuerpo en calor, pero iban pasando los kilómetros y el dolor no aflojaba, sino que iba a más. Así que, mentalmente, fui sacando, una a una, cada una de las muestras que me habíais enviado: el telegrama de Clara y Lluis (Clara, no sabía que aún se envian telegramas, ¡brutal!), el tantas veces recordado poema de Espronceda de Cocó y Alex (que por cierto me ayudó muchísimo a volver a ritmo en los últimos kms cuando las piernas ya me fallaban, Alex, ¡tienes que probarlo!...), los carteles de ánimos especialmente diseñados para la ocasión de Cris T (con frase para la posteridad), de Eli y Miguel (¡de foto!), Gisela y Toni (genial la manifestación) y el dibujo de la carrera de Carlitos encargado con cariño por su madre (carteles y dibujo que me iba superponiendo a las pancartas de los espectadores, para hacerlas mías), el blog de Cris S con mi nombre en el podio (algún día, algún día...;), el compendio de mis mails del sabático hecho con todo el esfuerzo (¡de admirar!) y cariño por Patricia, la foto del pequeño Marc también corriendo como yo (Carol y Albert, vuestro pitufo promete...), el masaje virtual de ratón de Mabel, el carpe diem de Alfredo que a su vez sufría la half de Berga, animado por Cris A que iba a gritarme fuerte desde allí para que la oyera, los concienzudos argumentos de David de porqué iba a llegar y superar mi marca de BCN, los mensajes de ánimos de Gemma, de Yolanda, de Marta y Lluís, de Maria y Melchor, la energía positiva de Anna & su familia, la poesía de Helena, les blagues de ma cherie Julie, el mensaje desde Telequito de Uri y Noelia (que cumplí ;), las fotos de Mariona y Miki para tomar ejemplo, el acrónimo de Mónika, los ánimos de JL y familia, el mensaje de disfrutar tras la dureza del entreno de Ferran y Eli (basado en su dilatadísima experiencia), las palabras justas para la ocasión, como siempre, de mis padres...

Cada mensaje me quedó grabado en la mente y como si pusiera un CD, en los muchos momentos y muy duros a lo largo de la carrera, los fui sacando. Salieron todos, en desorden, algunos más veces, otros menos, pero todos y cada uno contribuyeron a que fuera avanzando kilómetro a kilómetro. Y al llegar al 35, después de mi tercer gel e intentar que cayera más agua del vaso dentro que fuera de la boca (beber de un vaso corriendo es más difícil que correr 42 kms seguidos) y no morir arrollada por los otros 9.999 que a estas alturas debían estar corriendo a mi lado, mis piernas empezaron a quejarse alto, muy alto. Parar era lo peor que podía ofrecerles, pero tenía tanta sed que necesitaba hacerlo, ya que hacía un calor asfixiante. Así que me imaginé a todos vosotros, uno por uno, mientras pensábais qué decirme y cómo componíais el mensaje para enviármelo...Y entre telegramas, fotos y dibujos, por arte de magia, llegué hasta el 41.

SÓLO quedaban 1,195ms de la meta. AÚN quedaban 1,195 para la meta. Pero Sergi, quien había sufrido horrores los últimos 3 kilómetros, al ver ya la Puerta de Brandenburgo al fondo, me cogió de la mano y gritó con toda su alma: "¡¡¡Esto va por Polete!!!". Oir esto, ver su cara  sonriendo y en su sonrisa la sonrisa de Polete, hizo que se desbordaran las lágrimas contenidas durante tanto rato, lágrimas de rabia por el sufrimiento padecido, lágrimas de emoción cuando había leído vuestros mensajes por primera vez 36h antes, lágrimas por todos los nervios para llegar a todo y a todos durante los últimos cuatro meses, lágrimas por mi hijo que ahora estaba en Tordera con sus abuelos y no podía estar conmigo disfrutando de ese momento, lágrimas de adoración por mi marido, que se había esforzado por traeros a todos a Berlin conmigo a animarme y quien ahora me cogía de la mano mientras cruzábamos la puerta de Brandenburgo. El resumen: 3.32h, casi 20 minutos menos que en Barcelona, llegando entre el 5% primero de todas las chicas que corrieron la carrera...Un orgullo cruzar esa puerta, una puerta tan simbólica, símbolo de división durante mucho tiempo,  símbolo de unión ahora, símbolo de triunfo personal en ese momento. Una puerta coronada por la cuádriga de la victoria, la victoria de volver a plantearse un reto, la victoria de volver a llegar a la meta, la victoria de volver a superarse...

Al llegar a casa, lo primero que hemos hecho ha sido entregarle a Polete la medalla que de nuevo tanto sudor y tantas lágrimas nos ha costado (de nuevo más de las segundas que del primero), la medalla que con tanto orgullo y esfuerzo le dedicamos el domingo. Compartir, junto con Sergi, esta medalla con él me llena de orgullo, así como compartir este mail con vosotros. Aunque hoy camine literalmente como una luchadora de sumo.Porque ni sin Polete ni sin Sergi ni sin vosotros hubiera sido capaz de llegar hasta aquí otra vez. Así que, de nuevo, gracias a todos. Estoy segura que, con vosotros, volverá a haber una tercera vez, algún día, en algún otro lugar..."

¡¡¡Y aquí está el diploma que tanto sudor y lágrimas me costó!!!


La maratón de Barcelona (marzo 2011)

Éste es el mail que, en aquel entonces, envié a familia y amigos al acabar nuestra 1ª maratón:


"Domingo, 6.45am: suena el despertador y los dos pensamos lo mismo. Hay que estar bien chalado para levantarse a estas horas en medio de un fin de semana de tres días, para irse a correr alrededor de unas cuatro horas seguidas...

8.00: llegamos en moto a plaza España. Es impresionante la cantidad de gente que hay, parece que en vez de sudor y agujetas nos vayan a regalar vacaciones a todos, de lo pletóricas que se ven las caras...

8.30: suena "Barcelona", de Freddie Mercury y Montserrat Caballé. La misma canción que segundos antes de salir a hacer el "Hola" de los pajaritos en las Olimpiadas de BCN'92. La misma sensación del corazón a punto de salirse desbocado.

8.40, km.0: debido a la cantidad de gente que hay (más de 15.000 inscritos), tardamos unos diez minutos en poder pisar la alfombra de salida. Alea jacta est!

Km.5: aún no hemos podido hacer ni un kilómetro al ritmo de salida marcado (5'10''), de la cantidad de gente que hay. Hay que ir pidiendo permiso para tener derecho a un trocito de hormigón. Esto de los records de participantes está muy bien para los que lucen las estadísticas, pero menos para los que contribuyen a hacerlas.

Km.8: ¡¡¡no me lo puedo creer!!! No hace ni 40' que corremos y ya me está llamando el sr. Roca ;) Pero si le he visitado 2 veces antes de empezar...La próxima maratón tendré que hacer yoga a la vez que entreno, para calmar esos nervios. En momentos como éste, aunque no sea muy cívico, desearía poder ser un chico y ponerme entre dos coches o containers como han estado haciendo, de promedio, 1 de cada 2 corredores en estos pocos kms que llevamos...Pruebo suerte en una panadería. La 1ª tiene al sr. Roca escondido en unas escaleras en el piso de abajo, así que pruebo suerte en una 2ª, pero más de lo mismo. Decido no perder más tiempo y bajar las escaleras. Uno detrás mío dice: "mira ésta, le ha cogido un apretón y se va a comprar una ensaimada". Para ensaimadas estoy yo...

Km.10: la cola empieza a diluirse y empiezo a disfrutar. El ambiente es increíble, hay muchos grupos de animación y gente aplaudiendo a lado y lado de las calles. Hace un día precioso y la ciudad reluce bajo el sol. No pienso en nada, sólo disfruto el momento presente. Tanto que, de repente, encuentro una mano caritativa sosteniéndome fuerte porque he estado a punto de caer al pisar, sin querer, una de las miles de esponjas que rondan por el suelo cada x kms y que tienes que ir sorteando. Gracias, corredor anónimo, una caída fortuita ahora habría podido tirar mi sueño por la borda...

Km.14: sólo eres consciente de cuánto desnivel tiene Paseo de Gracia hasta que tienes que subirlo corriendo. Pero al lado nuestro corre uno disfrazado de torero (¡es carnaval!), con un impecable traje de luces largo, bajo este sol de justicia. Si él puede, ¡nosotros también!

Km. 16: vemos las primeras caras conocidas animándonos, Pili, José y Nacho. Se nos ilumina la cara. Y, al poco, pasamos por la fachada del nacimiento de la Sagrada Familia. Se me nublan los ojos de la emoción. ¡Sí, esto está pasando, estoy corriendo la maratón, en mi ciudad, con mi marido, en un día increíble y me lo estoy pasando en grande! Me siento feliz.

Km. 17: en uno de los puntos de animación suena "Americanos, os recibimos con alegría..." de la película "Bienvenido, Mr. Marshall". Todos los corredores reímos a carcajadas y cantamos a coro. Me parece increíble estar pasándomelo tan bien. Yo que venía muy mentalizada a sufrir...

Km. 19: estamos en Meridiana. Es el primer tramo donde vemos corredores que ya han hecho nuestro camino y están ya volviendo por el otro lado. Siempre he odiado estos tramos, porque en la "ida" sólo veo caras que me recuerdan lo que aún me faltan. Suerte que en breve somos nosotros los que estamos de vuelta y ya empiezo a pensar en lo que he dejado atrás. Desgraciadamente, tengo que añadir una 2ª visita al sr. Roca y, de tanta gente que hay, no veo a Ana S que está animando, como la que más, en ese tramo. Pero seguimos adelante.

Km. 21,097: media maratón. Al cruzar la alfombra, nos da un subidón de energía. A Sergi le sale un fortísimo "venga, vamos", que desgarra el alma. Ya hemos dejado más de la mitad atrás, ¡¡¡¡empiezo a convencerme que vamos a poder con ello!!!

Km. 24: segundas caras conocidas. Cris A con los niños y Yolanda. ¡Pero qué subidón de energía! Estoy como flotando y las piernas van solas.

Km. 26: terceros y muy buenos ánimosAnna y Jaume, quien se marca un buen sprint a nuestro lado para hacernos fotos. A pesar de llevar un buen trecho a nuestras espaldas, no podemos parar de sonreir.  


Km. 30: como el tramo es de ida y vuelta, volvemos a ver a Anna, Jaume, Cris A y Yolanda. Suena "Viva la vida" de Coldplay. Sólo quedan 12 kms por delante, aunque el famoso "muro" tiene que estar a la vuelta de la esquina. Que venga, que venga, que le estamos esperando...

Km. 34: de nuevo otra cara conocida, Alejandro, ¡pero qué afortunados somos de contar con tantos ánimos personalizados! Sin embargo, pocos cientos de metros después, el cansancio empieza a pesar y mucho. Y es que ya llevamos 34 kms. Primero siento dolor en el muslo izquierdo, luego en el isquio derecho, seguido de los gemelos y acabando por la vesícula. Parece increíble que no me haya dolido nada hasta ahora. A cada dolor le doy la bienvenida y le invito a acompañarme los kms que me quedan, porque ahora ya no hay quien me detenga. Estoy decidida a llegar cueste lo que cueste, aunque tenga que sacar la vesícula (y no el doctor) en el intento. Así que adelante.

Km. 36: Sergi empieza a acusar el cansancio y la falta de un gel extra. Me dice que tire, pero pienso que será algo pasajero y le pido que aguantemos juntos hasta ver a Polete y si luego aún está con el bajón, tiraré. Estoy convencida que, si llegamos juntos hasta allá, llegaremos juntos hasta el final. Viene una parte que me encanta del recorrido: plaza Cataluña, Puerta del Ángel, Catedral, Vía Layetana, Ferran y Ramblas. Está a rebosar de gente animando. Cada vez que oigo a alguien animándome por el nombre es como si liberara un km corrido de mis piernas y le aplaudo agradecida. Me tiene impresionada la energía de la gente, es contagiosa. 

Km. 39: llega el momento más esperado. Frente al WTC, donde hace casi 5 años nos casamos, nos esperan Polete y mis padres. Él duerme, pero al pasar, verles y oirles, yo me emociono y me pongo a llorar como una madre primeriza, que es lo que soy. Internamente le dedico todo mi esfuerzo a mi pitufo y me vienen energías extras.

Km. 40: Sergi me pide que tire yo, que así irá a su ritmo, porque él está agotado. Dudo mucho internamente sobre qué hacer, porque hemos llegado juntos hasta aquí y me haría ilusión llegar juntos hasta el final, pero me insiste mucho. El siguiente medio kilómetro me lo paso corriendo con la cabeza hacia atrás para asegurarme que sigue ahí.

Km. 41: empiezo a ver el edificio al final de la calle Sepúlveda y el principio de plaza España. Miro el reloj y veo que puedo conseguir las 3h50' que nos habíamos marcado como objetivo, así que empiezo a acelerar.

Km. 42: la gente aplaude sin parar y el animador va diciendo por el altavoz que todos los que estamos entrando ahora estamos por debajo de las 4h. Miro el reloj y, al pasar la alfombra, indica 3h50'01 (no cuento con que mi reloj se ha parado al visitar al sr. Roca, así que el total será finalmente de 3h51'18'') Toda la subida de Avda. María Cristina voy a un ritmo increíble, es como si hubiera empezado a correr allí mismo. Mientras avanzo hacia la meta, tengo una sonrisa que no me cabe en la cara y pienso para mis adentros: esto va por tí, Cris, por tu 1er intento fustrado que te dejó a las puertas de la maratón hace 2 años. Y por mis padres, que ahora están cuidando a Polete. Y por Polete, a quien quiero con locura. Y por mis hermanos (que me han dado tantísimos consejos sobre la maratón)por mis suegros y por todos los amigos que me han animado in situ, vía mail, teléfono o sms. GRACIAS A TODOS. Pero, sobre todo, esto va por Sergi, que es quien me ayudó en su día (hace 2 años) a recuperarme moralmente de mi sueño fustrado, cuando estaba a punto de conseguirlo, y que es quien más me ha animado y ayudado a cumplir mi sueño de nuevo esta vez, picándome para que corriera más rápido en los entrenos en la carretera de las aguas, asegurándome que mi vesícula me querría tanto que aguantaría hasta la operación y demostrándome que su fe en mi es mucho mayor de la que yo tengo en mi misma. GRACIAS EN MAYÚSCULAS, SERGI.

3h53'33'': Sergi llega a la meta. Cuántos entrenos he soñado con ese abrazo de la llegada y ahora es una realidad. Lloramos de felicidad. Mi sueño, nuestro sueño, cumplido. YES, WE DID IT!!! Esta espinita la tenía muy clavada desde el accidente, pero ahora ya me la he arrancado. Por suerte, me quedan aún muchas otras espinitas por sacar y sueños que cumplir...;) pero, de momento, voy a disfrutar de éste. Es un momento mágico, de esos que no se olvidan y al que sé que recurriré en un futuro, cuando crea que ya no puedo, para demostrarme a mi misma que el poder y la fuerza de nuestra mente es mucho mayor de lo que nos podemos llegar a imaginar. 

Lunes, 23.45: sigo en la nube, disfrutando del momento y reviviéndolo mientras escribo este mail. He disfrutado tanto de la experiencia que estoy convencida que algún día, en algún lugar, volveré a correr 42 kms. Pero eso ya será una historia para otro mail..."