lunes, 22 de octubre de 2012

La maratón de Barcelona (marzo 2011)

Éste es el mail que, en aquel entonces, envié a familia y amigos al acabar nuestra 1ª maratón:


"Domingo, 6.45am: suena el despertador y los dos pensamos lo mismo. Hay que estar bien chalado para levantarse a estas horas en medio de un fin de semana de tres días, para irse a correr alrededor de unas cuatro horas seguidas...

8.00: llegamos en moto a plaza España. Es impresionante la cantidad de gente que hay, parece que en vez de sudor y agujetas nos vayan a regalar vacaciones a todos, de lo pletóricas que se ven las caras...

8.30: suena "Barcelona", de Freddie Mercury y Montserrat Caballé. La misma canción que segundos antes de salir a hacer el "Hola" de los pajaritos en las Olimpiadas de BCN'92. La misma sensación del corazón a punto de salirse desbocado.

8.40, km.0: debido a la cantidad de gente que hay (más de 15.000 inscritos), tardamos unos diez minutos en poder pisar la alfombra de salida. Alea jacta est!

Km.5: aún no hemos podido hacer ni un kilómetro al ritmo de salida marcado (5'10''), de la cantidad de gente que hay. Hay que ir pidiendo permiso para tener derecho a un trocito de hormigón. Esto de los records de participantes está muy bien para los que lucen las estadísticas, pero menos para los que contribuyen a hacerlas.

Km.8: ¡¡¡no me lo puedo creer!!! No hace ni 40' que corremos y ya me está llamando el sr. Roca ;) Pero si le he visitado 2 veces antes de empezar...La próxima maratón tendré que hacer yoga a la vez que entreno, para calmar esos nervios. En momentos como éste, aunque no sea muy cívico, desearía poder ser un chico y ponerme entre dos coches o containers como han estado haciendo, de promedio, 1 de cada 2 corredores en estos pocos kms que llevamos...Pruebo suerte en una panadería. La 1ª tiene al sr. Roca escondido en unas escaleras en el piso de abajo, así que pruebo suerte en una 2ª, pero más de lo mismo. Decido no perder más tiempo y bajar las escaleras. Uno detrás mío dice: "mira ésta, le ha cogido un apretón y se va a comprar una ensaimada". Para ensaimadas estoy yo...

Km.10: la cola empieza a diluirse y empiezo a disfrutar. El ambiente es increíble, hay muchos grupos de animación y gente aplaudiendo a lado y lado de las calles. Hace un día precioso y la ciudad reluce bajo el sol. No pienso en nada, sólo disfruto el momento presente. Tanto que, de repente, encuentro una mano caritativa sosteniéndome fuerte porque he estado a punto de caer al pisar, sin querer, una de las miles de esponjas que rondan por el suelo cada x kms y que tienes que ir sorteando. Gracias, corredor anónimo, una caída fortuita ahora habría podido tirar mi sueño por la borda...

Km.14: sólo eres consciente de cuánto desnivel tiene Paseo de Gracia hasta que tienes que subirlo corriendo. Pero al lado nuestro corre uno disfrazado de torero (¡es carnaval!), con un impecable traje de luces largo, bajo este sol de justicia. Si él puede, ¡nosotros también!

Km. 16: vemos las primeras caras conocidas animándonos, Pili, José y Nacho. Se nos ilumina la cara. Y, al poco, pasamos por la fachada del nacimiento de la Sagrada Familia. Se me nublan los ojos de la emoción. ¡Sí, esto está pasando, estoy corriendo la maratón, en mi ciudad, con mi marido, en un día increíble y me lo estoy pasando en grande! Me siento feliz.

Km. 17: en uno de los puntos de animación suena "Americanos, os recibimos con alegría..." de la película "Bienvenido, Mr. Marshall". Todos los corredores reímos a carcajadas y cantamos a coro. Me parece increíble estar pasándomelo tan bien. Yo que venía muy mentalizada a sufrir...

Km. 19: estamos en Meridiana. Es el primer tramo donde vemos corredores que ya han hecho nuestro camino y están ya volviendo por el otro lado. Siempre he odiado estos tramos, porque en la "ida" sólo veo caras que me recuerdan lo que aún me faltan. Suerte que en breve somos nosotros los que estamos de vuelta y ya empiezo a pensar en lo que he dejado atrás. Desgraciadamente, tengo que añadir una 2ª visita al sr. Roca y, de tanta gente que hay, no veo a Ana S que está animando, como la que más, en ese tramo. Pero seguimos adelante.

Km. 21,097: media maratón. Al cruzar la alfombra, nos da un subidón de energía. A Sergi le sale un fortísimo "venga, vamos", que desgarra el alma. Ya hemos dejado más de la mitad atrás, ¡¡¡¡empiezo a convencerme que vamos a poder con ello!!!

Km. 24: segundas caras conocidas. Cris A con los niños y Yolanda. ¡Pero qué subidón de energía! Estoy como flotando y las piernas van solas.

Km. 26: terceros y muy buenos ánimosAnna y Jaume, quien se marca un buen sprint a nuestro lado para hacernos fotos. A pesar de llevar un buen trecho a nuestras espaldas, no podemos parar de sonreir.  


Km. 30: como el tramo es de ida y vuelta, volvemos a ver a Anna, Jaume, Cris A y Yolanda. Suena "Viva la vida" de Coldplay. Sólo quedan 12 kms por delante, aunque el famoso "muro" tiene que estar a la vuelta de la esquina. Que venga, que venga, que le estamos esperando...

Km. 34: de nuevo otra cara conocida, Alejandro, ¡pero qué afortunados somos de contar con tantos ánimos personalizados! Sin embargo, pocos cientos de metros después, el cansancio empieza a pesar y mucho. Y es que ya llevamos 34 kms. Primero siento dolor en el muslo izquierdo, luego en el isquio derecho, seguido de los gemelos y acabando por la vesícula. Parece increíble que no me haya dolido nada hasta ahora. A cada dolor le doy la bienvenida y le invito a acompañarme los kms que me quedan, porque ahora ya no hay quien me detenga. Estoy decidida a llegar cueste lo que cueste, aunque tenga que sacar la vesícula (y no el doctor) en el intento. Así que adelante.

Km. 36: Sergi empieza a acusar el cansancio y la falta de un gel extra. Me dice que tire, pero pienso que será algo pasajero y le pido que aguantemos juntos hasta ver a Polete y si luego aún está con el bajón, tiraré. Estoy convencida que, si llegamos juntos hasta allá, llegaremos juntos hasta el final. Viene una parte que me encanta del recorrido: plaza Cataluña, Puerta del Ángel, Catedral, Vía Layetana, Ferran y Ramblas. Está a rebosar de gente animando. Cada vez que oigo a alguien animándome por el nombre es como si liberara un km corrido de mis piernas y le aplaudo agradecida. Me tiene impresionada la energía de la gente, es contagiosa. 

Km. 39: llega el momento más esperado. Frente al WTC, donde hace casi 5 años nos casamos, nos esperan Polete y mis padres. Él duerme, pero al pasar, verles y oirles, yo me emociono y me pongo a llorar como una madre primeriza, que es lo que soy. Internamente le dedico todo mi esfuerzo a mi pitufo y me vienen energías extras.

Km. 40: Sergi me pide que tire yo, que así irá a su ritmo, porque él está agotado. Dudo mucho internamente sobre qué hacer, porque hemos llegado juntos hasta aquí y me haría ilusión llegar juntos hasta el final, pero me insiste mucho. El siguiente medio kilómetro me lo paso corriendo con la cabeza hacia atrás para asegurarme que sigue ahí.

Km. 41: empiezo a ver el edificio al final de la calle Sepúlveda y el principio de plaza España. Miro el reloj y veo que puedo conseguir las 3h50' que nos habíamos marcado como objetivo, así que empiezo a acelerar.

Km. 42: la gente aplaude sin parar y el animador va diciendo por el altavoz que todos los que estamos entrando ahora estamos por debajo de las 4h. Miro el reloj y, al pasar la alfombra, indica 3h50'01 (no cuento con que mi reloj se ha parado al visitar al sr. Roca, así que el total será finalmente de 3h51'18'') Toda la subida de Avda. María Cristina voy a un ritmo increíble, es como si hubiera empezado a correr allí mismo. Mientras avanzo hacia la meta, tengo una sonrisa que no me cabe en la cara y pienso para mis adentros: esto va por tí, Cris, por tu 1er intento fustrado que te dejó a las puertas de la maratón hace 2 años. Y por mis padres, que ahora están cuidando a Polete. Y por Polete, a quien quiero con locura. Y por mis hermanos (que me han dado tantísimos consejos sobre la maratón)por mis suegros y por todos los amigos que me han animado in situ, vía mail, teléfono o sms. GRACIAS A TODOS. Pero, sobre todo, esto va por Sergi, que es quien me ayudó en su día (hace 2 años) a recuperarme moralmente de mi sueño fustrado, cuando estaba a punto de conseguirlo, y que es quien más me ha animado y ayudado a cumplir mi sueño de nuevo esta vez, picándome para que corriera más rápido en los entrenos en la carretera de las aguas, asegurándome que mi vesícula me querría tanto que aguantaría hasta la operación y demostrándome que su fe en mi es mucho mayor de la que yo tengo en mi misma. GRACIAS EN MAYÚSCULAS, SERGI.

3h53'33'': Sergi llega a la meta. Cuántos entrenos he soñado con ese abrazo de la llegada y ahora es una realidad. Lloramos de felicidad. Mi sueño, nuestro sueño, cumplido. YES, WE DID IT!!! Esta espinita la tenía muy clavada desde el accidente, pero ahora ya me la he arrancado. Por suerte, me quedan aún muchas otras espinitas por sacar y sueños que cumplir...;) pero, de momento, voy a disfrutar de éste. Es un momento mágico, de esos que no se olvidan y al que sé que recurriré en un futuro, cuando crea que ya no puedo, para demostrarme a mi misma que el poder y la fuerza de nuestra mente es mucho mayor de lo que nos podemos llegar a imaginar. 

Lunes, 23.45: sigo en la nube, disfrutando del momento y reviviéndolo mientras escribo este mail. He disfrutado tanto de la experiencia que estoy convencida que algún día, en algún lugar, volveré a correr 42 kms. Pero eso ya será una historia para otro mail..."

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